La luz en fachadas Wow Effect.
Desde el punto de vista de las prestaciones, la principal razón de ser del muro cortina es evidentemente aumentar al máximo la iluminación natural y la contemplación del paisaje, y desde sus inicios es la transparencia de este nuevo cerramiento la que justifica su empleo. Si en los diseños pioneros bastó con el objetivo de luminosidad, hoy preocupan más las condiciones de bienestar: luz y visión tienen que ser reguladas.
Un primer objetivo general sería lograr unas condiciones de iluminación uniformes en amplias zonas del edificio, o la minimización de la luz artificial, lo que implica una proporción razonable entre altura de fachada y fondo edificado. A esta relación atiende el modelo inicial de los muros cortina pero hoy en día se ha superado ese umbral, y en muchos edificios la fachada acristalada es poco más que un horizonte para el usuario. Además, con el empleo de vidrios de control solar reflectantes y de baja transmitancia, el nivel de iluminancia adecuado se tiene que obtener casi exclusivamente con luz artificial.
También los brillos, contrastes, deslumbramientos o luminosidad excesivos pueden ser perjudiciales para determinadas actividades. Son muchas las estrategias posibles para controlar las propiedades ópticas del cerramiento, tales como tratamientos superficiales del vidrio, o reflectores y filtros opacos o translúcidos tanto en el interior como en el exterior, que permitan una iluminación difusa y modulada.
En todo caso, los beneficios de la luz natural superan sus inconvenientes y por lo tanto el reto está en una planificación adecuada que permita ahorrar energía pero que el usuario pueda participar y manipular el ambiente, las vistas del entorno. Este será un claro exponente de la calidad de la obra.
Fuente: construmatica.com
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