CASA FARNSWORTH
Una segunda característica es que la casa no posee divisiones interiores realizadas en obra. Sólo encontramos, hacia el centro del espacio, un núcleo de madera que aloja dos baños separados por un armario y junto al que se dispone también la cocina, de las llamadas "americanas".
El arquitecto dispuso que la distribución interior acogiera todos los requisitos funcionales, instalaciones, baños y cocina sin interrumpir el perímetro acristalado. Este núcleo se sitúa en el extremo opuesto al porche, próximo al cerramiento norte y en relación al montante del cerramiento intermedio de los pilares de la fachada. De este modo, se ordena el espacio de estar, orientado hacia el sol y el río. El área del dormitorio, en el extremo más alejado del acceso, la cocina al norte.
Este núcleo central asimétrico que no llega al techo, excepto en su parte central, contrasta con la fachada de acero y vidrio, se construye principalmente en madera contrachapada. El núcleo es el único lugar donde los elementos perforan el severo techo y los planos del suelo. Drenajes y desagües pasan por el suelo y un eje vertical que contiene los respiraderos del baño y el tiro de la chimenea llega hasta el techo saliendo al exterior, también permite la llegada de todos los servicios, electricidad y agua. Estas utilidades se disimulan al estar empotradas en las zonas más inaccesibles y discretas de las losas, haciéndose casi invisibles tanto del interior como desde el exterior de la casa.
El edificio se organiza a partir de dos plataformas rectangulares. La primera de ellas, a la que se accede a través de cuatro escalones lineales, carece de muros y cubierta y actúa como terraza, encontrándose separada del suelo por cuatro pilares de acero. Desde ella, otros cinco escalones idénticos a los anteriores facilitan el acceso a la segunda plataforma, situada a 1,5 metros del suelo y que sostiene a la vivienda propiamente dicha mediante ocho pilares de acero.
El plano elevado por encima del suelo es utilizado tanto en el exterior como en el interior para evitar que el agua anegue la vivienda en épocas de desbordamiento del río.
Esta casa, que parece no serlo, posiblemente por su mismo afán de transparencia, es, sin embargo, un discurso arquitectónico, una meditación sobre “lo menos es más” o sobre “el casi nada”, por utilizar palabras de Mies. Un reduccionismo lingüístico y espacial que se compone como una villa palladiana, aunque no se eleva sobre una plataforma, sino sobre el vacío, aunque no use columnas sino vigas blancas que funcionan como una pantalla que parece envolver el lugar de la transparencia, es decir, el espacio de la casa, el espacio del vacío. Un vacío que su colaborador y admirador Philip Johnson llenaría de intimidad, intentando emular al maestro, en su propia casa, la Casa de Cristal en New Canaan(1949).
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Buenisimo!!! muy lindo proyecto
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